Los astrólogos y los alquimistas suelen crear todo tipo de correspondencias, algunas de las cuales tienen un sentido obvio, como Sol/Oro, Luna/Plata, Saturno/Plomo, etc., mientras que el significado de otras no aparece a simple vista, sino que hay que bucear en la historia de los símbolos y del ocultismo.
Por lo general son metáforas: el oro es un metal tan noble, majestuoso y lleno de beneficios como el Sol; el plomo es un metal impuro, de bajo valor, asociado a lo terrenal y pernicioso como Saturno, que a su vez es el planeta del mal por ser el más alejado del Sol (según los conocimientos de la época) que es la fuente de vida. Lo mismo ocurría con los pueblos primitivos que tenían como Tótem a un animal que los autodefinía y definía sus relaciones con el resto: la tribu del Tótem Oso caza peces y no rivaliza con la tribu de un Tótem herbívoro porque no compiten por el alimento.
En la página web que te pasé explican cómo la primera hora diurna del domingo es regida por el Sol, la del lunes por la Luna, la del martes por Marte, etc. Y cómo las horas precedentes y sucesivas son regidas por el planeta que corresponda según un orden preestablecido por los principios generales de la astrología: Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio, Luna.
La incógnita entonces se desplaza a la correspondencia planetas/días. ¿Por qué el domingo es asociado al Sol, el lunes a la Luna, etc.?. Siguiendo las explicaciones “metafóricas”, supongo que el domingo era el día que se celebraba alguna fiesta o ritual dedicado a un Dios solar, el martes se efectuaba entrenamientos de tipo militar, etc. Es decir, el nombre del día y el planeta que rige al día deben “decir algo” sobre las características de ese día. Habría que indagar más sobre el tema, pero no creo que la respuesta se aleje mucho de esta hipótesis.
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